lunes, 7 de abril de 2008

LUNES TORMENTOSO

Lunes tormentoso fue una mala película, pero sirvió para una cadena de engaños. El de la propia película; el mío, que llevé al cine a otra mujer distinta a la que entonces era mi compañera; el de mi acompañante, que hacía como si sí, como si no, hasta que tras el calentón estalló todo; el de mi compañera que se hacía la sueca porque se lo estaba o montando o intentando montar; el del Opus, que acogió a mi compañera para que confesara, solo para que el confesor se lo montara con el relato de nuestros torpes escarceos amorosos; el de su padre, el de mi compañera, haciéndose el devoto, mientras era capaz de ser usurero y mísero hasta la maldad, para apartar a su hija de mí, solo porque yo no tenía ni para un par de pantalones que ocultaran mi estado de ánimo.
Con Lunes Tormentoso se estropearon muchas cosas, y sé que allí empezó una nueva vida para mí. Una vida mucho, infinitamente, mejor. De la de los demás, o de su lunes tormentoso, no sé nada.

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