miércoles, 24 de septiembre de 2008

UNA ÚLTIMA COPA

El tintineo de la copa continúa mientras que la aspereza del vino va secando la garganta. El brillo de tus ojos lo dice todo, no es necesario enunciar el brindis, lo leo en tu mirada. Yo también sé que esta vida ha sido buena gracias a ti. Ahora, esta amarga despedida ha limpiado mi memoria y las escenas que evoco me recuerdan que hemos sido tan felices como nos hemos atrevido a ser.
Ahora ya no hay nada más; esta última copa y un sepulcral y oscuro silencio.
Dura poco, oigo los pasos de los feyaidines en la escalera. Ya están aquí. Ya está todo hecho. Las niñas han muerto plácidamente, y a ti y a mí, el veneno nos va alejando, quizás acercando, para siempre.

No hay comentarios: