lunes, 25 de octubre de 2010

SOBRE ANATOMIA DE UN INSTANTE.

Creo que lo justo es decir que una amiga, no lo sería si no tuviera interés en que yo llegara a leer este libre, me lo recomendó. Y creo que lo justo es decir que su entusiasmo por el libro quedaba atemperado en mí, quizás porque se interpuso este libro en el camino de otros libros, quizás porque la política ha hecho estragos en mi ánimo. Pero a medias por su semiorden, a medias porque sé de su sapiencia, lo empecé. ¡Y vive Dios que me costó trabajo!.
Me superaban el estilo circular de Javier Cercas y la marejada de datos. Intenté seguir el libro como un libro de texto, intentando casar autores, actores, traidores, traicionados... y ese es un mal camino. En principio porque este libro debería empezarse teniendo presente que el autor basa todo lo que cuenta en una investigación severa, en el análisis de circunstancias, hechos, pruebas y consecuencias, de lo que da fe la extensa  bibliografía; en parte porque se ha de saber que hay en él parte de novela, parte de elucubración, y que todo vuelve, todo se enuncia, todo se desarrolla y todo se concluye.
Con esto que he contado es imposible que a nadie le apetezca adentrarse en el libro. Y ese era mi sentimiento primero, hasta que aparece el soldado de Salamina, el estilo lleno de corazón de este escritor y el informe exhaustivo se convierte en un libro maravilloso. No en un extraordinario libro divulgativo sino en un alegato de libertad y en una reivindicación de una historia que no debe cambiarse sino mostrarse con orgullo.
Discrepo en varias cosas con el autor. La primera, sí recuerdo aquel día con exactitud, y no he confundido ni retorcido mi memoria. Era día de inglés, mi madre había ido a recogerme, las madres de mis compañeros comentaban que un comando de ETA había entrado en el Congreso y que la Guardia Civil forzó la toma de las Cortes. En mi casa las noticias eran confusas, ni mi padre, ni la titi, ni nadie sabía qué ocurría, ni de qué lado estaba nadie. No sé en Madrid, pero en Córdoba hasta las diez de la noche no se tenía claro nada, razón por la cual mi segunda y tercera discrepancias se sustentan en hechos ciertos. Y fue una noche larga, para todos menos para mí, que tuve que acostarme enseguida. Mi hermano por ser más pequeño pudo tragarse una noche llena de dibujos animados y películas de risa y piratas. Yo no, y solo a mediodía del día después pude ver una película, emitida a deshora, de Danny Kaye.
La segunda discrepancia viene de la afirmación de que nadie se rebeló contra el golpe. En principio esta afirmación es cierta, en profundidad no. Aquella madrugada se me reveló un secreto, los teléfonos se intervenían. Lo había visto en las películas de espías, creía que era algo imposible, pero no, durante toda aquella noche de febrero, las conversaciones entre la titi y mi padre fueron o grabadas o escuchadas, al igual que las llamadas de despedida de Herminio Trigo, de Ernesto, del "feo Gómez". Pepe, Pepito, nos vamos a Portugal, en el coche, lo primero que hemos cogido, sí, con los niños, ha sido bonito, un sueño, ten cuidado, lo hemos quemado todo... ¿Julio?, ¿no lo sabes?, los niños y Antoñita con nosotros, él está organizando la resistencia, pocas cosas con las que defenderse, su pistola y alguna que otra escopeta de caza... Pepe, Pepito, adiós. Tres días después aquello era motivo de burla y de escarnio, pero aquella madrugada la angustia se escribió en blanco y negro, se revivieron las despedidas, los paseos, los exilios a Francia, a México, a Rusia... Aquella madrugada llena de frío.
La última discrepancia está en la inexistencia de una trama civil en el golpe. No sé por qué lo que no ocurre en Madrid no ocurre, pero es así, y además no creo que lo que aconteció en Córdoba, una provinciana capital de provincias, no ocurriera en otros lados. Como he comentado no fue hasta después de la cena cuando se supo que la Guardia Civil buscaba imponer su orden; de lo de los tanques de Milán del Bosch me enteré de madrugada descifrándolo de entre las palabras a media voz de mi padre. Pero a las siete de la tarde en un chalet del Brillante se había reunido la cúpula de la ultraderecha cordobesa; entre ellos varios de los primos de mi madre, los primos de Paco Pérez, algún policía que conocíamos. A las nueve de la noche habían elaborado un bando en el que hablaban de los nuevos representantes de los poderes fácticos, del nuevo gobernador, del nuevo alcalde,... Fue la hermana de Pete quien lo leyó en su programa. A las diez de la noche. De esa reunión en la sierra también salió una lista encabezada por Anguita, a pesar de Carlos Castilla del Pino. Quien no hubiera estado en esa lista de virtuales ejecuciones sumarísimas no era nadie en la ciudad.
Y el epílogo desvela lo que me ha acongojado durante todo el libro porque hasta el final no sé si Cercas me quiere contar que lo ocurrido fue la única salida posible a un época muy dura, si solo los militares podían enderezar un rumbo que no era ni malo ni bueno, ni mejor ni peor que otros, tan solo un rumbo que no les gustaba y a una velocidad muy alta. Y solo al final demuestra un cariño sin igual por este país y por uno de los mayores artífices de que hoy se hable y se discuta, y se pueda hablar y se pueda discutir, sobre nosotros, sobre las autonomías, sobre la corrupción y los errores. Porque solo a través de la reivindicación de la figura de Suárez este país podrá saber que lo que hoy tenemos es fruto del perdón y la renuncia, del esfuerzo y de las ganas de vivir en paz y con prosperidad, no de unos pocos hombres puestos en la encrucijada de la historia, sino de todo un país, ingenuo, ilusionado, mucho más pobre, mucho más feliz, que con pantalones de campana, manta de cuadros, tinto y gaseosa, nos construyó una realidad a nosotros, sus herederos.
El 24 de febrero mi padre se enfadó conmigo porque yo quería entrar en el cuartel que estaba junto a mi colegio y combatir. No sabía ni a quién, ni a qué, ni junto a quién, ni contra quién, solo quería combatir. Y me dijo, a combatir al colegio, en tu sitio, levantándote temprano y quitándote esas legañas de los ojos. Y solo al cabo de los años sé que mi padre no me quitó las ganas de combatir sino que me enseñó donde debía hacerlo.

lunes, 18 de octubre de 2010

CAFÉ. [DESESTRUCTURADO].

La mujer llora. Luce una vestimenta de moda treinta años atrás. Podría pasar por una apasionada del vintage, pero es una ropa por la que ha pasado el tiempo. También ha pasado por su vida. Las lágrimas encuentran rápidos toboganes en los surcos de su rostro.


A ratos sorbe un café que está dejando enfriarse. Un café que le sirvieron demasiado caliente y que creía no poder beber. Ahora es una bebida tibia que no sabe a casi nada. Y piensa en la aventura que rompió aquí el día que estrenaba esta ropa. También demasiado caliente. También la dejó enfriar. Y llora.

viernes, 15 de octubre de 2010

SOBRE LAS LISTAS.

Cualquier lista en la que se intente escoger lo más significativo es injusta, irreal, incompleta y subjetiva. Es una premisa fundamental de cualquier lista. Así, a la lista que apareció aquel día en mi blog se le pueden aplicar todos esos calificativos. Y como me dijo Inma, está mal hecha. Es evidente, está mal hecha porque no es posible una lista de canciones en la que se han quedado fuera Joan Manuel Serrat, Simply Red, Radio Futura, Aute,... Y esto solo hablando de canciones, porque con las películas, libros y cómics ocurre otro tanto.
Pero en defensa de las listas que aparecen se debe decir algo, que nacieron de la espontaneidad y de un momento en el que quería reflejar un estado de ánimo y hacer una elección. Y lo importante es que no sobrara nada, que nada chirriara y eso lo conseguí. Por tanto, alcancé la redondez, la lista es, a la vez, mala y no mala.
Cada una de las cosas que aparecen en la lista se corresponde con un momento de mi vida, quizás infinitesimal, quizás no bueno, pero tiene una historia. Como cada historia es personal y se despiertan en cada uno sensaciones distintas a estímulos iguales, propongo que quien quiera experimentar lo haga por lo menos con las canciones. No sé si a través de alguna extraña conexión vivirá o sentirá lo que yo, no es necesario; pero no se arepentirá, todas son buenas canciones, buenas películas, buenos libros. Eso lo aseguro. Aunque haya otras mejores.

miércoles, 13 de octubre de 2010

LA MUJER OSMÓTICA.

Aléjate de la mujer osmótica, aléjate o te sorberá tu ser.
 
La mujer osmótica ha aprendido a serlo. De pequeña comía mortadela, salchichón y chorizo al lado de los niños del jamón york con mantequilla y pan bimbo o mediasnoches. Y veía que aquellas meriendas daban un lustre especial al pelo, al habla y a la dicción. ¿Cómo harían aquellos niños que en la pastelería sabían el nombre de cada dulce? Ansiaba decir algún día en el colmo de la sofisticación: Juan, póngame dos suizos y un pionono. En vez de eso etetiaba los pasteles.
 
En la academia de inglés adquirió su poder. De observar a aquellos cachorros de abogados, jueces, médicos y arquitectos dedujo que lo que sabían lo adquirían en su casa por cercanía a sus padres. Y a fuerza de voluntad y de proximidad empezó a osmotizar.
 
Al principio se contentaba con osmotizar conocimientos, ademanes y vestiduras; luego fueron las formas, el color de los ojos, los gustos y más tarde los bailes, los deseos y los sueños. Es curioso verla junto a su marido, un muñeco andante que adquiere la vida cuando ella se aleja, y al que ella reclama para obtener materia fresca de la que nutrirse.
 
Aléjate. O vuélvete insignificante, estarás a salvo si no tienes nada.

CAFÉ.

Siempre llueve a destiempo. Y llovía aquel día que ella estrenaba sus botas de ante. Y pensaba en los dos tópicos que siempre le recordaba la lluvia, " Llueve como en una mala novela". Y en el otro, indescifrable, "Era de noche y, sin embargo, llovía". Llovía aquella tarde en la que se citaron y cuando le cogió la mano y cambió el tono de su voz para contarle:

"Sabes que te amo. Lo hago con pasión desde nuestro reencuentro. Me has hecho sentirme viva de nuevo, quererme, ilusionarme. Pero sabes que ahora me siento comprometida, que no puedo abandonarlo todo. Ni abandonarlo a él, ni abandonar a mis hijos. No me importan ni casa, ni dinero, ni trabajo, tan solo estar a tu lado y sentir tu piel. Pero no estaría contigo si me voy ahora. He de romper con esta vida que llevo sin hacer más daño.

Nos queda poco tiempo para poder amarnos como yo quiero amarte, y ansío tener fuerzas para hacerlo antes de que se acabe nuestro tiempo.

Déjame ir. Te llamaré en cuanto esté lista para tomar un café. Será nuestra contraseña."

Años más tarde volvió a aquel lugar con sus hijos, ahora convertidos en abogada y médico. Mientras la madre se ausentaba con la excusa de saludar a una antigua conocida, su hija pateaba por debajo de la mesa a su hermano:

- ¿Qué le has hecho a mamá? Está llorando como una magdalena. ¡Eres el mismo bruto de siempre!.

- Te juro que no le he hecho nada. Ha sido mientras estabas en el servicio, vino el camarero y le preguntó: ¿Quiere café?

PUBLICIDAD.

Si hay alguien que lee el blog,

y,

Si hay alguien de los que lee el blog que piensa,

y,

Si hay alguien que lee el blog y piensa que esto de poner títulos de entradas sin texto es una forma de publicitarme,

respondo.

No. Es la única forma que tengo de que no se me olviden ideas sobre entradas.

Perdón a todos.

UN TÍO CON UNA GUITARRA.

Nos reuníamos junto al pantano. Yo tenía unos diez años y aprendía a sentarme en corro y compartir confidencias; a ver como los hermanos mayores de David le tiraban los tejos a Desireé, una chica americana con alambres en la boca. Los otros decían, qué más da cómo esté ahora, esta niña promete. En realidad, Desireé tenía para mí solo un encanto, vivía en Nueva York. Un día vino Enrique, el hijo del médico, con una guitarra.
Ahora me gusta la música, entonces también me gustaba, y los cantautores más o menos consagrados; pero siempre me han dado grima los aprendices. Grima en el mismo grado que a otros y a otras les atrae un tío con una guitarra. Y mientras que mis amigos asistían al concierto de desacordes, yo me fui a matar el aburrimiento cazando cigarrones para pescar algún black-bass.
En poco tiempo la orilla del embalse se llenó de adolescentes y preadolescentes saltando de mata en mata en pos de los saltamontes. Hasta Enrique, cuando solo Desireé y su prima Elena resistían, se decidió a cambiar la guitarra por una caña de pescar. Y yo, en mi más íntimo y recóndito interior, estaba fastidiado por su fracaso.

martes, 12 de octubre de 2010

12 DE OCTUBRE, LA BENEMÉRITA.

El comandante entró en el cuartel como en una cacharrería, a ver, cabo, dígame por qué está esto tan sucio, por qué hay tanto papel por ahí, cabo no me cuente que tiene mucho trabajo, pidió un ordenador y se lo dimos, hasta con impresora, pidió un móvil y se lo dimos, tiene un todoterreno, una moto y un GPS manual, diga, qué hace, a qué se dedica usted, qué desorden, qué deshonor, cabo, esto me lo limpia como que yo soy hombre, vamos que si me lo limpia, para el día de la patrona esto me lo deja usted como los chorros del oro, y, oiga, estas monedas las voy examinar pero esas piedras las quiero fuera.
El cabo es persona sencilla, sabe quien manda, quien obedece y mira con tristeza los expedientes que tiene abiertos, las investigaciones de varios años, el trabajo al que falta poco para estar maduro. El cabo calla y mira con dolor los sillares de piedra, las lápidas funerarias, las estelas iberas y las losas de una antigua calzada.
La comida para los industriales, los clérigos y las autoridades es un éxito; no desentona, por un milagro de la imagen de la virgen del Pilar, esta celebración religiosa y patriótica con las putillas que han venido a amenizar la sobremesa, vestidas para la ocasión con mantilla negra. El mismo color que los ligueros y la ropa interior de encaje, delicia de comandante, delicatessen de arcipreste. Todo ello, hay que decirlo, noblesse oblige, gentileza de Don Ignacio, al igual que los jamones, el cordero y el jumilla. La plancha se ha instalado sobre aquel espacio en el que una vez reposaron un jabalí herido y su cazador, esculpidos en el frontal de una losa erosionada. La imagen de la patrona es, sin embargo, una escayola coloreada con témperas de color azul y blanco, interpretación libre de un artista local. Opinen ustedes si cualquier tiempo pasado fue mejor, en cuestiones de arte, se entiende.
Un monte cercano es el refugio de nuestro cabo. Allí está la herencia de su familia, una casucha que con paciencia ha convertido en una estancia habitable, a la que rodean y acompañan una alberca, una higuera, un laurel y una parra trepadora. Y desde hace unos días, limpieza de cuartel mediante, un pequeño templete semicircular realizado con antiguos basamentos, al que se llega por un camino de losas desgastadas por el paso de legionarios veteranos, tal vez los de Munda, y en la que a modo de altar y retablo, figuran los nombres de muertos olvidados en el tiempo, y la epopeya de un triunfante cazador, jabalí y caballo, trinidad inmemorial.

LA CHICA DE MANCHESTER [BORRADOR/ANTECEDENTES]

Juan llega a Manchester deseoso de ver a Blanca. Es el segundo año de ella en Inglaterra y su tercer viaje en apenas una semana, insuficiente para salvar la distancia que el Erasmus puso entre ellos y que roza lo infinito. Viaja con dos grandes vacíos. Uno, un alma rota que desea que sus presentimientos no sean más que ligeras sombras. El otro es un enorme hueco en su maleta que llenar con veinte mil irresistibles inutilidades inglesas de los grandes almacenes del centro. Hombre práctico que no olvida que, quizás, no vuelva.

Encuentro frío, rutinario, como de colegas. El coche es nuevo, lo acaba de comprar el Departamento, tú lo estrenas. Palabras monótonas dichas en un espeso inglés por una andaluza que ha olvidado no solo que lo es, sino que Juan, su novio en otra vida, su media naranja cuando ella era Blanca, apenas habla inglés.

Manchester en abril no cambia. Es Manchester, pero en abril. Quien lea esto y viva en el Sur de España sabe de lo que se habla. Y Juan percibe en el ambiente que falta mucho para que a esta primavera norteña le llegue el color.

Gran decepción. ¿La primera?. Blanca le ha preparado una habitación. Un descubrimiento. Y es la segunda, si se sigue una cuenta muy reciente. El mundo se derrumba y se convierte en una caja de cartón en la que se ocultan preservativos, apuntes de una tesis doctoral, ropa interior masculina y femenina que ella jamás ha lucido para él.

Blanca no tiene fuerzas ni ganas de discutir. Deja marchar a Juan camino al aeropuerto con parada en Sainsbury´s. Se viste un ligero impermeable y sale a pasear bajo la lluvia. Y a pensar. En que tiene que devolver las cajas al antiguo inquilino, en que ha evitado el trajín de museos y de comida rápida que Juan arrastraba y que, por fin puede pasear tranquila, y sola, por las calles de esta ciudad, impregnándose de mil lenguas distintas, oliendo los olores de mil mundos, que sin saber por qué, le evocan la feria, el azahar y la dama de noche de su tierra.

jueves, 7 de octubre de 2010

40 COSAS.

También es buen día para hacer una lista. De cosas de las que se puede hacer listas y que nos han cambiado la vida, aunque sea un poco. Porque hay otras que se llevan en la memoria y en el corazón.

El orden no es importante, tan solo es el que la memoria me trae. Intento no repetir autor, personaje, ….

10 Cómics.

1. Tintín en el Tíbet. Hergé.

2. Watchmen. Alan Moroe y Dave Gibbons.

3. La balada del Mar Salado. Hugo Pratt.

4. Epilepsia. El ascenso del Gran Mal. David Beauchard.

5. El Pie Tierno. Goscinny y Morris.

6. Astérix y Cleopatra. Uderzo y Goscinny.

7. La historia del Tío Gilito. Carl Banks y Don Rosa.

8. Maüs. Art Spiegelmann.

9. Los Mercenarios. Ibáñez.

10. Las Mil y una Noches. Richard Corben.

(11. Persépolis. Marjane Satrapí.

12. Viaje a Tulum. Milo Manara.

13. Rusia en Llamas. Guido Crepax.

14. 300. Frank Miller.

15. Los viajes de Marco Polo. Jesús Blasco.)

10 Libros.

1. El Hereje de Miguel Delibes.

2. Veinte Poemas de Amor y Una canción Desesperada de Pablo Neruda.

3. Concierto Barroco de Alejo Carpentier.

4. Hojas de Hierba de Walt Whitman.

5. La Historia Interminable de Michael Ende.

6. El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien.

7. Memorial del Convento de José Saramago.

8. El Lazarillo de Tormes.

9. Cuentos de Edgar Allan Poe.

10. La sonrisa Etrusca de José Luis Sampedro.

(11. Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez

12. Poesías Completas de Antonio Machado.

13. Bodas de Sangre de Federico García Lorca.

14. Luces de Bohenia de valle Inclán.

15. El Dios Leopardo de Capitán Marryat.)

10 Canciones.

1. Jaffa Café de L.E. Aute.

2. Your Ghost de Kristin Hersh.

3. Wish you were here de Pink Floyd.

4. Knockin´ on Heaven´s Door de Bob Dylan.

5. De la ausencia y de ti de Silvio Rodríguez.

6. Hawkmoon 269 de U2.

7. Yo pisaré las calles nuevamente de Pablo Milanés.

8. Calle Melancolía de Joaquín Sabina.

9. Under Pressure de Queen.

10. Mar Antiguo de El Último de la Fila.

(11. Una Décima de Segundo de Antonio Vega.

12. Twist on my Sobriety de Tanita Tikaram.

13. Candy de Iggy Pop.

14. Tears in Heaven de Eric Clapton.

15, Mamy Blue de Pop Tops).

10 Películas.

1. Ran de Akira Kurosawa.

2. Centauros del Desierto de John Ford.

3. Blancanieves de Walt Disney.

4. Ladrón de Bicicletas de Vittorio de Sica.

5. La fiera de mi niña de Howard Hawks.

6. La Guerra de las Galaxias de George Lucas.

7. Blade Runner de Ridley Scott.

8. El Tercer Hombre de Carol Reed.

9. Historias de Philadelphia de George Cukor.

10. Plácido de Luis García Berlanga.

( 11. Senderos de Traición de Stanley Kubrick.

12. Sed de Mal de Orson Wells

13. Europa de Lars Von Trier.

14. El arpa birmana de Kon Ichikawa.

15. Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore.)

A pesar del truco, supersticioso, de incluir cinco reservas, no están todas las que son. Ahora, no podría quitar ninguna.

miércoles, 6 de octubre de 2010

7 DE OCTUBRE. CUARENTA.

Hoy acabo de traspasar con la medianoche la cuarentena. No sé si será la primera. Casi da igual. Pero es buen momento para pararse y mirar un poco atrás.

La vida se vive. Es muy posible que hace tan solo veinte años no fuera capaz de verme a esta edad y que si me imaginaba en un futuro tuviera otra idea distinta de mi madurez. Es posible que no haya alcanzado los sueños que tenía en aquel momento, es bastante posible.Pero a los veinte no se sabe qué caminos se cruzarán en el nuestro, así que las metas se transforman, se mutan, se trastocan… Y llegar como he tenido la suerte de llegar a esta edad es un privilegio.

Lo material, eso que parece medir nuestra valía y nuestro triunfo en la vida, no ha alcanzado las cotas con las que uno se embriagaba de porvenir. Pero a pesar de no tener una bolsa llena de oro, si llevo un saco lleno de experiencias. De buenas y malas experiencias, las que me han modelado, las que me han tocado, las que me hacen tener este punto entre serio y triste; también las que me hacen estar entre la alegría y la locura.

En mi vida hay mucha gente. Ha habido más. Unos se han ido alejando de ella queriendo, o tan solo, no haciendo nada por no estar. A esos los olvido y no los quiero. Hay otros que están lejos porque así lo han querido nuestros destinos. Ellos saben quiénes son, mis amigos y amigas a los que no hace falta ver a diario para seguir con la complicidad, con las tonterías, las confidencias y ser con ellos Guti. Están los que se han incorporado a mi vida un poco más tarde y están aquí a mi lado, ayudando, haciéndose querer, aunque para ellos sea José Ángel. A estos, a los lejanos y los cercanos, los quiero. Pero no puedo olvidar a las que han partido, a las que no pueden estar, a estas las echo mucho de menos. Y las quiero mucho. Y lo saben.

Mi familia es como todas las familias, la que nos toca. Pero he tenido suerte. A pesar de los roces, de todo lo que conlleva ser hijo, sobrino, hermano, yerno… En realidad uno detesta los defectos familiares porque ve o creer ver reflejados sus defectos en otro. Y es menos indulgente porque es menos indulgente con él mismo. Pero sabe que no puede vivir sin ellos.

El triunfo verdadero está en mi mujer y en mis hijas. Tan solo tener dos hijas es uno de los mayores tesoros que se pueden alcanzar, pero tener además a Carmen y Marta, dulces y pícaras, alegría y tormento, colma el sentido de la paternidad. Yo no las he llevado en mi seno, en cambio he tenido el regalo de ver sus primeras miradas. Una, la sonrisa dulce de una madonna toscana; otra, la furia, el genio de una leona de Castilla. Pero no existiría esto sin amor.

Desde la Moneda hasta los Bermejales, pasando por media Tierra, hemos recorrido Inma y yo mucho camino juntos. Ella no lo sabe, pero me rescató de otro mundo y me regaló su amor. Tampoco sé si sabe que empecé a amarla en un noviembre anterior. Y tampoco sé si sabe que la sigo amando. Como el primer día. Y nos queda todavía media Tierra.

Así que gracias a todos los que estáis en mi vida. Como sabéis soy parco en palabras y muestras de afecto y negaré y me haré el remolón si me preguntáis sobre esto. Y no me hagáis mucho caso, uno tiene ya cuarenta años y se va haciendo un abuelo Cebolleta.

Y no sé si habrá otros cuarenta, porque si no estáis vosotros no merecerá la pena.

sábado, 2 de octubre de 2010

LA PARTIDA. [ANOTADA]

[De las riberas de Estigia parte un emisario.  Ha de jugar por el Destino de aquellos que han sido señalados. No es la primera vez. Ha jugado, juega y jugará, con cartas marcadas, con balas en la recámara, con ajedrez de marfil,...

Esta vez el juego y las reglas las propone el oponente. Juego de palabras.

Y de las riberas de Estigia parte el emisario. Corre. Vuela. A uña de caballo. De caballo amarillo.]

La Muerte lo cambia todo.

[El oponente decide el juego. El destino lo marca la última frase, la última sentencia. Abre la partida el emisario.

Emisaria. Vieja señora.

El oponente soy yo. No sé qué es lo que me estoy jugando.]

Si pudiera cambiar una palabra.

Mala Muerte.

Mala Suerte.

Buena Suerte.

Buena Vida.

[La señora que yace con Caronte sonríe. Ha perdido, pero propone un reto. Doble o nada. Y pienso en la eternidad y en un infinito doble para mí. Y sé que si es imposible, otra alma será la que viva o la que gane sin fin.

La Señora cambia el juego.]

La Dama gana la partida.

Y deshace reglas,

con solo trocar una letra.

Mala Suerte.

Mala Muerte.