sábado, 2 de octubre de 2010

LA PARTIDA. [ANOTADA]

[De las riberas de Estigia parte un emisario.  Ha de jugar por el Destino de aquellos que han sido señalados. No es la primera vez. Ha jugado, juega y jugará, con cartas marcadas, con balas en la recámara, con ajedrez de marfil,...

Esta vez el juego y las reglas las propone el oponente. Juego de palabras.

Y de las riberas de Estigia parte el emisario. Corre. Vuela. A uña de caballo. De caballo amarillo.]

La Muerte lo cambia todo.

[El oponente decide el juego. El destino lo marca la última frase, la última sentencia. Abre la partida el emisario.

Emisaria. Vieja señora.

El oponente soy yo. No sé qué es lo que me estoy jugando.]

Si pudiera cambiar una palabra.

Mala Muerte.

Mala Suerte.

Buena Suerte.

Buena Vida.

[La señora que yace con Caronte sonríe. Ha perdido, pero propone un reto. Doble o nada. Y pienso en la eternidad y en un infinito doble para mí. Y sé que si es imposible, otra alma será la que viva o la que gane sin fin.

La Señora cambia el juego.]

La Dama gana la partida.

Y deshace reglas,

con solo trocar una letra.

Mala Suerte.

Mala Muerte.

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