lunes, 15 de noviembre de 2010

LA IDENTIDAD DE EULER.

Observo la siguiente expresión:
eiπ + 1 = 0
Y pienso en la sencillez, en la rotundidad con la que afirma lo evidente.
Y podría decir la nada es igual a la nada.
0 = 0
Y podría decir el todo es igual al todo.
1 = 1
Pero prefiero pensar en que para decir esto reúne a los embajadores de las viejas disciplinas matemáticas, geometría, cálculo y álgebra. Y que π, e, i, desaparecen para dejar a solas a la identidad y al número que no es número.
Y que este truco de magia, este círculo vicioso de decir a un lado y a otro lo mismo, se hace con la única operación que en realidad existe, la suma, la adición. Y si alguien sabe leer sabrá que todas las matemáticas son, a poco que se piense, sumas y sumas, tan solo sumas, de números de distinta naturaleza.
Y para llegar a lo evidente hay que desentrañar el misterio:
eix = cosx + isenx
Lo que me lleva a recordar que es el seno la más honesta de las funciones trigonométricas.
No sé por qué no adoramos la identidad de Euler.

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