lunes, 11 de marzo de 2013

IN MEMORIAM

Dos años atrás.

Convaleciente, cuando pensaba en redactar un artículo sobre el manga, sobre Akira, y tras haber releído el relato de Murakami en el que una ola gigante devoraba a un adolescente en la playa. Aquella mañana la Tierra tembló y una ola gigante arrasó la isla de Hokkaido.

Yo pensaba en Godzilla, en el terrible y, a la vez, tierno Godzilla. Nacido del desastre nuclear, enorme, gigantesco...torpe hasta dar lástima. Pero estos desastres unidos, el natural, el que arrasó la tierra y las vidas, y el que el hombre creó, la central nuclear al borde del abismo, han sido monstruos de peor especie. Se han convertido en un desastre sordo, invisible, acuático, letal. Como un espectro mudo.

Y Japón, la Tierra del Sol Naciente fue, de nuevo, pasto de la fisión atómica.


Nueve años atrás.

Aquella mañana maldije la desconexión local para hablar de noticias rijosas porque el desastre se intuía aun sin haber visto imagen alguna. La voz de los periodistas temblaba desde Atocha, cuando se creía que solo Atocha había sido el objetivo. Mi mente daba vueltas y vueltas al hecho de que, fuera cual fuera el tren atacado, tan solo dos años y medio antes, era uno de mis medios habituales en la desconcertante Madrid.

Fue inevitable elucubrar, dudar, recordar al terrorista vasco detenido poco antes en un tren portando explosivos. Inevitable recordar el once de septiembre en Nueva York. Inevitable pensar en la invasión de Bagdag. Inevitable pensar que el mundo volvía a ser un lugar lleno de maldad, dolor y horror. Fue inevitable llorar.

La melodía de un Nokia sobresaliendo de un vagón reventado nos llevaba al otro lado de la línea, a la llamada angustiosa, a la búsqueda de alguien. ¡Dios Mío!, ¿dónde estás? ¡Por favor!, ¡por favor, coge el teléfono!, ¡por favor! Y el silencio. El silencio junto al ensordecedor ruido de sierras cortando el hierro, el de los bisturíes cortando en la carne herida y el de la angustia y la muerte cortando las almas.

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Tal día como hoy, once de marzo. Y desde entonces, desde cualquier entonces, el mundo solo ha sido peor.
Y desde aquí, desde esta tierra, parece que nuestro único destino es llamar algún día a las puertas del cielo.



[...] It's getting dark too dark to see
Feels like I'm knockin' on heaven's door[...]
[...] That cold black cloud is comin' down
Feels like I'm knockin' on heaven's door
Knock-knock-knockin' on heaven's door
Knock-knock-knockin' on heaven's door

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