miércoles, 26 de noviembre de 2014

PARAFILIA ESPECIAL.

En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica. Esto ya lo había asumido cuando cubrió su cuerpo con la ropa interior nueva, la de batalla o, según su madre, la de visitar al médico. Se vistió de domingo y se perfumó con el aroma de la ausencia. Era consciente de que, en su vida, después de tantos amores ninguno le correspondería.
 
Antes de salir se miró al espejo y le pareció ver junto a él la sombra de la Parca. Le daba igual. Ya sabía lo que es el vacío, la muerte.
 
Es lo que tiene ser forense y enamorarse de todos y cada uno de tus muertos.

No hay comentarios: